lunes, 12 de febrero de 2007

Hablando del tiempo

La educación, cuando uno se mira al espejo, es cuestión de nanosegundos. Nanosegundos entre tu saludo y el momento en que observas tu propia respuesta. Otras cosas tienen otros tiempos y en general estamos acostumbrados a esperar y tardar. A considerar el paso del tiempo como algo inevitable y necesario tanto antes, como después, como durante, de cada uno de los actos que forman nuestra vida.

Porque digo esto ahora, la verdad es que no lo sé en exceso. He intentado salvar la primera oración de este texto, recogida en un documento de OpenOffice.org durante algun momento antiguo (del jueves o el miércoles) de inspiración inacabada. La verdad es que el tiempo tiene un ritmo variable y agobiante.

Vivo en una tremenda espera, esperando el mayo como mes de vital importancia en mi rutina y al mismo tiempo esperando el marzo que llevará el próximo reto de mi existencia académica. Pero lo del marzo no es espera de antes, sino de durante. Hasta el marzo tengo un trabajo de investigación que finiquitar y escribir; un montón de trabajo que hacer hasta la extenuación y que debería ocuparme el tiempo y desplazar a mis aficciones. Pero este mismo texto es una prueba innegable de que no lo consigue, de que sigo con la procrastinación y el escaqueo, con la fea costumbre de no hacer lo que debiera aunque debiese.

El tiempo de este proceso, la escritura del trabajo tesinero, se acorta de manera rauda y amenzante al mismo tiempo que es un proceso que se hace eterno, casi lento. Espero que llegue todo a buen puerto.

Mientras tanto, vueltas del mismo péndulo, mi relación amorosa también esta un durante. En un proceso lento de intento de salvarlo que al mismo tiempo deseo y temo. Una intención apasionada de vivir el momento que no sé si se transformará en un terminar más agónico. Pero esa es otra historia y ya será contada en otra ocasión.

No hay comentarios: